Cuando todavía no tenía 17 años cumplidos, me fui a  estudiar a una isla en el Caribe a más de 1000 kilómetros de mi pueblo andino. En esa isla no tenía familiares o amigos y la cultura era diferente de donde yo procedía. Los isleños tienden a ser más abiertos y ruidosos que las personas procedentes de las montañas. 

En esos tiempos ni siquiera había teléfonos móviles, mucho menos internet. Los vuelos eran escasos y la  mayoría del tiempo el aeropuerto estaba cerrado. 

Estoy hablando de una isla que pertenecía al mismo  país, pero que por la dificultad y la distancia de  llegar a ella podría estar hablando de una experiencia similar a salir a estudiar al exterior. 

¡Cómo han cambiado los tiempos!

 Cuando hablo con padres interesados en enviar a sus hijos a estudiar al exterior  y empatizo con los temores de separarse de sus tesoros más preciados, me doy cuenta lo osada y atípica que era mi madre. Menciono a mi madre porque si hubiese sido por mi padre me hubiese quedado en ese hermoso, pero alejado y anticuado,  pueblo andino para siempre.     

 Después de muchos años, mi mamá relataba la experiencia de su viaje de  regreso a casa, después de dejarme instalada en una residencia para estudiantes. La mezcla de miedos y orgullo, al mismo tiempo era paralizante para ella. Pero mi madre sabía que este era el comienzo de una vida totalmente diferente para mi.

De cinco hermanos he sido la única en vivir fuera de mi pueblo natal, fuera de mi país. He vivido en 4 países diferentes y todo esto me ha preparado para tener una perspectiva de vida amplia y generosa hacia la humanidad.  

Así es que cada vez que me siento a hablar con una madre o padre interesados en enviar a sus hijos a estudiar en el exterior,  me  remonto a esa conversación con mi madre para poder ponerme en sus zapatos y desde esa perspectiva entender todas las emociones por las que están pasando en ese momento. 

 No tengo la menor duda de que ahora te estás enfrentando a una gran cantidad de emociones que no sabes cómo manejar. Hay una gran cantidad de preguntas dando vueltas en tu cabeza.

¿Qué va a estudiar?, ¿Qué tan difícil y prolongado será este proceso?, ¿Podrá manejar su independencia?, ¿cuánto va a costar todo?, y un sinfín de muchas cosas más.

Todas estas son preguntas válidas y necesarias que todos los padres que envían a sus hijos a estudiar al extranjero deben hacerse. 

Te puede servir de consuelo saber que tu hija no es la única.

Hay miles de estudiantes que estudian en el extranjero cada año, sólo en el año 2010 hubo 3.6 millones de estudiantes que estudiaron en el exterior, esto significa un incremento del 80% comparado con el año 2000 y estas cifras siguen en aumento. Para el 2020 esta cifra había doblado a 6.3 millones de acuerdo al Portal de Migración.

Este aumento de la movilización de estudiantes al exterior se ha dado principalmente por dos razones: 

1. Es mucho más accesible para los estudiantes estudiar en el extranjero ahora.
2. Los gobiernos de todo el mundo reconocen la importancia de que su cuerpo estudiantil se prepare adecuadamente en un mundo globalizado.

¿Por qué resulta tan atrayente para tu hija estudiar en el extranjero?

Hay un gran número de razones por las cuales los jóvenes quieren estudiar en el exterior, y las razones son muy variadas. Las más populares incluyen el aprendizaje de una segunda lengua o ir a una universidad de renombre mundial para el campo elegido por el estudiante. Además, existen otras habilidades que adquieren a través de esta experiencia educativa internacional: 

• Se vuelven más independientes y aprenden a cuidar de sí mismos.
• Crean enlaces con la gente que les puede ayudar a encontrar trabajo en el futuro.  
• Amplían su curiosidad con respecto a lo que quieren hacer profesionalmente más adelante.
•  Aprenden a trabajar en una cultura y entorno diferente.
• Amplían sus horizontes y su conciencia global, lo que los hace más comprensivos y con capacidad de adaptarse y trabajar con otros. 
• Hacen amigos de varias partes del mundo de por vida.

 Estos son sólo algunos de los beneficios más comunes de estudiar en el extranjero.

No obstante, estudiar en el exterior no es una situación igual para todos. Todo el mundo toma algo diferente de la experiencia, y para tu hija no será una excepción. No es sólo pensar en los beneficios que les trae, también es importante pensar en si estarán listos para hacerlo.

Habla con ella para ver cómo se siente con la idea de estudiar en el extranjero y lo que quiere obtener al vivir esa experiencia. Puede que quiera estudiar toda su carrera en el extranjero, pero aún no ha vivido por su cuenta en un país diferente. En este caso, es posible que lo ideal para todos sea que estudie en el extranjero durante seis meses o por un período más corto de tiempo.

¿Cómo puedo saber si estudiar en el extranjero es lo adecuado para mi hijo?

La verdad es que estudiar en el extranjero no es necesariamente para todos.

Tengo una hija de 12 años y en ocasiones le  he sugerido ir  de  campamento de verano con amigas de su colegio a un pueblo cercano y la  sugerencia le parece aterradora. ¡Es que ni siquiera ha ido al viaje de final de curso este año! Bueno estoy exagerando un poco. Pero lo cierto es que no he podido convencerla de que lo haga.  

Hay algunas maneras de saber si tu hijo está abierto a hacerlo. Después de todo, la experiencia no es para todos, y para que sea lo más beneficiosa posible, es importante asegurarse de que el estudiante se sienta feliz y cómodo con su decisión.

Siéntate con tu hijo y juntos lean las siguientes preguntas y consideren diferentes escenarios: 

•  ¿Te gustaría viajar al extranjero? 
• Si lo has hecho antes, qué es lo que más te ha gustado de la experiencia. ¿Qué es lo que menos te ha gustado?
•  ¿Has pasado  tiempo viviendo fuera de casa antes?¿Qué es lo que más te ha gustado de la experiencia? ¿Qué es lo que menos te ha gustado?
• ¿Te sientes cómodo cuidando de ti mismo?
• ¿Enfrentas bien los cambios?

Las respuestas a estas preguntas te darán un buen punto de partida ya que sólo los estudiantes que realmente quieren estudiar en el extranjero deben hacerlo. Después de todo, estudiar en el exterior a menudo es una inversión costosa y debe ser pensado con detenimiento. 

Tomar la decisión de estudiar en el exterior es un gran e importante paso, pero es sólo el primero si tu hijo decide embarcar en este viaje de ser un estudiante internacional. Hay muchas otras decisiones que tomar y una gran cantidad de planificación que realizar. Por lo general toma meses prepararse para estudiar en el extranjero, así que, asegúrate de comenzar el proceso con tiempo suficiente. Haz tanta investigación como te sea posible y recuerda tomarte tu tiempo.

En última instancia, la decisión le corresponde a tu hijo, pero es necesario que formes parte de este sueño y ayudes a que se convierta en realidad.

 En IEA tenemos una guía para padres que te podemos enviar si estás interesado. Escribenos a [email protected] y estaremos encantados de ayudarte. 

Y recuerda, a pesar de que puede dar un poco de temor ¡también debe ser divertido todo este proceso!

Uno de los temas que más preocupa es el de inmigración.

Es perfectamente normal estar preocupados acerca del proceso de inmigración. Después de todo, conseguir un visado es una parte muy importante de este proceso, y hacerlo puede ser difícil.

La primero que tu hijo necesita centrarse es en estar organizado. Tener todos sus documentos en orden hará su vida mucho más fácil, y hacer lo necesario con anticipación puede facilitar el proceso y agilizarlo.

Las visas se tramitan en función del tiempo en que el estudiante estará en el nuevo país. 

Es importante que consultes a un profesional que te ayude con este proceso. Después de todo, puede ser difícil hacerlo por tu cuenta. Aquí, en  IEA, podemos ayudar a tu familia con este proceso. De esa manera, puedes centrarte en enviar a tu hijo al  extranjero sin tener que preocuparte demasiado acerca de los trámites burocráticos.

En la mayoría de los casos  si sólo se trata de un curso de corto tiempo no tendrás que tramitar ninguna visa de estudiante.  

Y es que cuando se trata de estudiar en el extranjero, cada caso es diferente. La visa que tu hijo reciba depende· de los estudios a cursar, y también puede ser diferente de acuerdo a su país de origen, del país al que está· aplicando y cuánto tiempo va a permanecer allí. 

Espero que leer este artículo te haya ayudado a ampliar tu perspectiva de todo lo que implica el estudiar en el extranjero. Para mi lo mas importante que deseo que te lleves de todo esto es que si estudiar en el extranjero es algo que tu hija te ha pedido es porque de alguna manera se siente preparada para hacerlo. Y apoyarla en todo este proceso es algo que los llevará por un recorrido de reconocimiento, retos y aprendizaje que últimamente hará tu relación más estrecha.  

Si estudiar en el exterior fue más bien tu idea, como padre es seguro que tú estás preparado para el viaje. En este caso te sugiero explorar con tu hija esta oportunidad y asesorar sin ningún apego si es algo que realmente quiere.

Estudiar en el exterior es sin duda una de las experiencias más transformadoras que cualquier joven puede vivir y para ello es importante que se sienta preparado para hacerlo.    

En IEA nos encanta ayudar a estudiantes y sus familiares en este proceso de estudiar en el extranjero. Regístrate en el formulario más abajo para recibir nuestra guía infográfica para estudiantes internacionales y nuestro boletín semanal lleno de consejos útiles.

También si tienes alguna opinión o pregunta, escríbenos, nos encantaría saber de ti. ¡Gracias por acompañarnos en este viaje y esperamos poder ayudarte pronto!

_{Posdata: En este blog uso ambos géneros de manera intercalada para ser inclusiva en mi redacción, y no utilizar constantemente el hijo o hija, que siempre me ha parecido engorroso en toda lectura.}

_{Lo aclaro porque siendo yo misma una apasionada defensora de la equidad de género entiendo la importancia de narrar cuentos e historias relacionadas con ambos sexos para que cada uno pueda verse reflejado en esas historias. Se crea una conexión más fuerte con la realidad interior de cada persona si se les habla directamente de su realidad  y puedan imaginarse  cómo las protagonistas en esas anécdotas.}